La civilización del Islam es uno de los componentes fundamentales de la historia del Viejo Mundo, desde el Atlántico hasta la más meridional de las Filipinas. Y la lengua árabe –unida al libro sagrado de la religión musulmana– sigue viva en los labios, en las páginas y en internet con su alfabeto característico: el alifato que ha señoreado edificios y enseres. El taller es una oportunidad de adentrarse en las elegantes formas de esta escritura más que milenaria.